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El Wei Qi / Wei-Ch'i chino, o simplemente Go, como es conocido en casi todo el mundo gracias, entre otras cosas a la influencia del anime japonés,  es considerado como el juego de habilidad y estrategia más complejo del mundo, superando con creces al Ajedrez. Tiene la fama de ser tan complejo que, a fecha de hoy o se ha escrito programa alguno para ordenadores capaz de competir con los jugadores de más alto nivel. Wei-Ch'i significa en chino "juego circundante" o "cercado" y el objetivo consiste en eso, precisamente, cercar el mayor territorio posible.

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Es un juego en el que del tablero, a diferencia del ajedrez, que da importancia a la casilla, se le da importancia a las "juntas" (intersecciones - 19x19), teniendo que poner ahí las "piedras" (fichas) blancas o negras (depende de tu fuerza, ya que el de mayor nivel usa las blancas) que necesites para ganar la partida. (también pueden ser piedras verdes, siendo verde oscuro y verde claro). Habrá un total de 361 piezas, con el fin de que coincidan con el número de Tsukuseru (181 negro, 180 negro). Las fichas se ponen en unos cuencos desde los que se toman una a una para ir poniéndolas por turnos sobre el tablero.

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Lo mejor de este juego es que es mucho más fácil de aprender en sus nociones básicas que el ajedrez, por ejemplo, ya que todas las fichas tienen igual valor y el conjunto de reglas es más reducido. Así, cualquiera, incluso los más pequeños, pueden aprender a jugar. Eso sí, para ser un maestro se necesitan años ya que el juego va siendo más complejo a medida que vamos depurando nuestras técnicas y requiriendo un mayor reto intelectual. En el juego hay dos clases de fichas, las blancas y las negras a las que en oriente asocian o comparan con garzas y cuervos, ya que según dicen Fangyuan (Hoenn) se fija por las piedras y la forma de la junta, originalmente yenes de cielo rurales que mostraban el mundo de la antigua China. También era conocido por algo así como:  "la marcha de la red circular de piedras cuadradas y posteriores" y como " conflicto de huecos".

Los coreanos, japoneses y chinos son devotos de este juego, mucho más popular allí que el ya comentado ajedrez, siendo considerado incluso deporte nacional. Tal es así que hay toda una artesanía que gira en torno de los tableros y las fichas de GO. En el país del Sol Naciente, por ejemplo, tienen escuelas, cuasi "universidades" del GO, con sus correspondientes exámenes de acceso y todo. Además, los principales premios de Japón dan, no sólo pingües beneficios, sino, y esto es más importante para ellos, prestigio y reconocimiento social en todo el país. El sistema de graduación es muy parecido, aunque más complejo, que el de las artes marciales, otorgándoles a los que superan el examen de maestría el título de "1er. Dan" (con lo comienzan una nueva "andadura" en la que van subiendo paulatinamente niveles de dan. Son la élite.

Para fuera de China, Japón y Corea existen 25 categorías o kyus que deben ir superándose hasta alcanzar el nivel de primer dan, después el jugador podrá ir subiendo hasta sexto o séptimo dan amateur. Cuando un jugador llega a categoría de 6º o 7º dan puede plantearse viajar a Japón, China o Corea y realizar un examen para convertirse en profesional. Si consigue superarlo existen 9 niveles dan dentro de los jugadores profesionales.

En Japón el juego cobró un nuevo impulso gracias a un anime: "Hikaru no Go", y no sólo Japón, sino todo occidente, desde EE.UU a Europa, pasando por buena parte de hispanoamérica el furor ha llegado hasta tal punto que hay incluso asociaciones con jugadores de muy buen nivel. Se puede decir que este anime ha sentado las bases para la internacionalización de dicho juego.

¿Cómo aprender a jugar? Una manera sencilla es mirando esta página: gobase, otra, quizás más atrayente por las prácticas es el camino interactivo del go. En cuanto a comprar tableros, si bien en principio puede parecer difícil, en tiendas o librerías de rol y anime puede haber, además de en el Corte Inglés y en algunos supermercados chinos que pululan cada vez más por nuestras ciudades. Quien quiera aprender y jugar no tiene escusa, sólo que ha de esforzarse un poquito más de lo normal en buscarlo, y hay tableros y fichas de todos los precios, desde unos algo cutres e incómodos de jugar por unos 20 euros, o puede que menos, pasando por los típicamente asequibles de entre 30 y 40 euros, hasta otros de coleccionista o museo que ya valen miles de euros como poco.