Lenguas construidas, la invención de idiomas
Quizás las tres lenguas construidas más conocidas sean: el esperanto del oftalmólogo polaco de origen judío Lázaro Zamenhof; el klingon, del lingüista estadounidense Mark Okrand; y el quenya del filólogo y escritor británico J.R.R. Tolkien.
Si bien la primera, el esperanto, fue diseñada con el fin de que se convirtiera en el idioma común de todo el planeta; el klingon nació de una película de ci-fi basada en una serie homónima (Star Trek); y el quenya del imaginario de un filólogo que creo para ella y más de quince lenguas más, unas culturas y una geografía fantásticas.
Para los jugadores de rol cualquiera es buena, pero quizás las más interesantes sean las creadas para mundos de ci-fi y fantasía. En ese sentido, probablemente Tolkien ha sido el precursor más destacado de las lenguas construidas para la ciencia ficción y la fantasía que se han ido dando posteriormente, pero pocos han sido tan completos como el quenya o el klingon. Pocas poseen una gramática propia (o están a punto de poseerla). Normalmente sólo se usan para unas frases concretas en determinados momentos y poco más: caso del huttés o el ewokés de Star Wars. En todos los casos, hecho que da o intenta dar un mayor realismo a la narración.
El desarrollo de lenguas realmente complejas, capaces de ser usadas, teniendo gramática propia, si bien es raro, cada vez es más frecuente. A los idiomas de Tolkien, fundamentalmente el quenya y el sindarin, y al klingon de Mark Okrand, en estas dos últimas décadas hay que ir añadiendo: el na'vi de los humanoides azules de la Pandora de Avatar de James Cameron, inventado por el lingüista estadounidense Paul Frommer; el barsoomiano de los marcianos de John Carter de Marte (película basada en los escritos de Edgar Rice Burroughs) del mismo Paul Frommer, quien tuvo que crear su propia gramática basándose en las palabras o frases sueltas que usó Burroughs; o el dothraki que el lingüista David Peterson creó basándose en los esbozos de dicho idioma que aparecen en los libros de G.R.R. Martin con el fin de que tuviera sentido escucharlo en la serie de la MBO Juego de Tronos (El dothraki, junto al alto valyrio y el valyrio son los tres idiomas que conocemos a partir dicha serie y de los que podemos aprender nociones básicas en las lenguas de Hielo y Fuego).
Son lenguas orales y escritas, unas con símbolos, otras con letras, otras con runas... pero todas ellas trabajadas por filólogos que buscan una coherencia, un sentido plausible y que pudiera ser factible. Lenguas diametralmente distintas unas de otras en uno o varios aspectos, pero que coinciden todas ellas en una cosa, enriquecen esos mundos que sirven para que estemos enganchados a la pantalla o al libro, o para que usemos en alguna que otra partida en la que hay un texto antiguo, extraño, de otro mundo... aunque realmente no pertenezca al juego en el que estamos. ¿Por qué no utilizar un texto quenya en un planeta perdido de Star Wars? ¿Por qué no usar el na'vi en un mundo de fantasía épica en el que quien lo habla pertenece a una tribu indígena más o menos primitiva? ¿O el dothraki como idioma de una tribu o raza (sea en mundo de fantasía o de ciencia ficción) agresiva y orgullosa?
Sí, seguramente sea una aberración para algunos, pero pueden ser una buena herramienta, teniendo a mano como tenemos por medio de Internet las herramientas adecuadas. Ciertamente podemos crear un nuevo idioma para ese mundo que todo Director de Juego o Máster hemos inventado o estamos en ello. Pero no es malo usar estos idiomas que tenemos la suerte de poder, no sólo imaginarlos, sino leer y escuchar. Pueden servirnos para darles esa personalidad que buscamos a esas tribus, razas, especies... o a las malas, usarlos provisionalmente, mientras vamos creando nuestros propios idiomas. Además, al ser tan diferentes los unos de los otros, nos pueden dar ideas de qué tipo de idioma buscamos sin tener que centrarnos en las lenguas de nuestro Planeta Azul.
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Lengua construida: llamada también lengua planificada o idioma artificial, es un idioma que ha sido total o parcialmente construido, inventado o diseñado conscientemente. No son considerados como tales los lenguajes de programación porque no son idiomas. Tampoco es considerada lengua construida la lengua resultante de la evolución histórica, y por tanto no planeada conscientemente, de cualquier lengua natural