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El Ministerio del Tiempo

Esta noche ha comenzado una serie española que rompe con todo lo hecho aquí en España, El Ministerio del Tiempo. Una serie en la que el humor, la acción, la ciencia ficción y la historia van de la mano y, lo mejor de todo, de calidad. Se nota que son las mismas manos que en la serie de corte histórico Isabel, lo mejor hecho en España hasta la fecha en su temática. Nada que ver con las Hispania, Águila Roja o Toledo, por poner. 

En este caso, el Ministerio del Tiempo gira en torno a tres personajes de distintas épocas, un soldado del Tercio de Flandes, la primera mujer universitaria en España y un trabajador del SAMUR de este 2015 algo suicida que son reclutados por un Ministerio secreto único en el mundo, el Ministerio del Tiempo, fundado por la reina Isabel la Católica. La misión del Ministerio, que todo siga igual, vigilar que no se altera la historia, a pesar de que España no lo esté pasando especialmente bien en ciertos momentos de la historia. 

Los personajes viajan en el tiempo a través de un laberinto de puertas para cumplir misiones que les llevarán a distintas épocas, siendo la del primer episodio 1808, donde conocerán los protagonistas a "El Empecinado". 

Una serie que en su primer capítulo promete y que me atrae enormemente porque, además de estar bien hecha y de tocar un poco de esa historia que el ciudadano de hoy día tiene un tanto olvidada o que ni siquiera a dado, es una historia que al verla me ha hecho imaginar el vivir esas experiencias en una partida de rol. Personajes complementarios: el soldado experimentado del Tercio de Flandes, la "cerebrito" inadaptada por ser mujer y primera universitaria en la España de principios de siglo xx y el graciosillo con conocimientos médicos y tecnológicos del siglo XXI. Roles que podrán cubrir gran parte de los aspectos que se pueden dar en las aventuras para resolver misterios e impedir que se altere el pasado y, por ende, el presente. Luego métele intrigas dentro del propio Ministerio, intereses de otras naciones que descubran lo de las puertas (a lo Stargate, pero en vez de espacial, temporal), e incluso intereses personales, no sólo de gente de fuera, sino de los propios protagonistas por querer estar, o querer salir del Ministerio, o cambiar algo de su pasado que no les deja vivir. La verdad es que juego da, y mucho, para hacer partidas interesantes... sólo hace falta buscar las reglas idóneas y disfrutar de una partidilla.