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Star Wars VIII: el Despertar de la Fuerza

Ya está hecho. Misión cumplida. SW7 vista y disfrutada. Ahora toca desgranarla, desmenuzarla, así que habrá más de un SPOILER, por lo que recomiendo que no se lea hasta que no se haya visto la película.

Hace mucho, mucho tiempo, un tal George Lucas tuvo en mente una gran idea para hacer una película. Lo malo (para él, bueno para nosotros) es que fue tanto lo que escribió durante todo un año que vió imposible realizarla en una sola y, siendo realista, se decidió a comenzar por el episodio IV y esperar poder hacer el V y el VI en un futuro. El éxito fue mucho mayor de lo soñado porque la Fuerza le acompañaba, tal es así que a principios de este siglo hizo los, cuanto menos polémicos, episodios I, II y III. Mientras tanto, un ingente merchandising hizo que pudieramos disfrutar de, además de figuritas, novelas, cómics y series de dibujos (Droids, los Ewoks...) y películas (Las dos que hicieron sobre los ewoks).

Después llegó Disney y desechó lo que se consideraba, hasta la fecha, historia oficial, cosa que se ha confirmado en la película con alguno de los hechos que voy a comentar aquí. COMIENZA EL SPOILER Si no digo que no he disfrutado con la película y que se me ha hecho corta, miento. La verdad es que se nota que es de J.J.Abrams. Eso sí, y no he sido el único en la sala el día del estreno y en estos días comentándolo con los amigos, ha sido un homenaje a las películas anteriores, especialmente la primera trilogía, si bien hay una especie de fusión entre el episiodio IV y el I a la hora de destruir la mega estrella de la muerte (La obsesión por las pelotas se ha hecho evidente en Abrams, que las quería del tamaño de un planeta, porque con una luna artificial no le bastaba).

El argumento de la película es sencillo: Un héroe de la alianza (no, no es la princesa Leia, es un hombre) busca llevar un mapa secreto a la Alianza Rebelde, el chico malo se lo impide (no, no es Darth Vader, aunque se le parece por fuera), pero el logra esconderlo en un robot (no, no es R2-2D, porque es una pelota) antes de que le atrapen (que no, que no es el episodio IV). La "R.Bola" vaga por el planeta desierto (no, no es Tattoine) y encuentra a una nueva ama (no es Luke con tetas). Por otro lado, un Soldado Imperial (no, tampoco es Luke con sesión cuádruple de rayos uva) salva al héroe rebelde (repito que no es Leia con paquete) y escapan de la nave enemiga hasta el planeta en cuestión para recuperar a la pelotita con los datos. 

A partir de ahí, personajes que se conocen, apariciones de personajes de la primera trilogía que intervienen para ayudar y, en todo momento, acción y dinámica en la que hay poco tiempo para pensar y mucho para disfrutar, reírte y, si eres lo suficientemente "sensible a la Fuerza", soltar alguna lagrimita. 

Para los que hayáis leído los libros que eran oficiales hasta la llegada de Disney, avisados quedáis de que, al igual que con el primer Star Trek de Abrams, hay una nueva línea temporal en la que algún personaje no llegará al final de la saga literaria ya que su vida se acorta bruscamente, y no me extraña que algo tuvieran que ver los deseos del actor en cuestión. 

Por otro lado, resulta que, a medida que pasan los años en esa galaxia, es más difícil percibir la fuerza de otra persona, pero a la vez, es asombrosamente fácil que otra aprenda a manejarla sin maestro en apenas media hora... lo mismo que el manejo de los sable de luz, espadas de luz o sable láser o como queráis llamarlos. Ponerse a la altura del manejo del malo de la película y dejarlo como Ben a Anakin es digno de admiración (y un buen guiño a la segunda trilogía). 

En cuanto al hijo de Han Solo, me ha recordado al desequilibrado y niño mimado del antagonista de Dragonheart, solo que el otro era un hijo de... una santa de cabo a rabo y este parece que tiene algún conflicto interno ("uy, que veo la luz al final del tunel de oscuridad y no quieroooo"). 

Veremos que depara la segunda película... que me temo que hasta el 2018 dudo que la podamos ver.