Cristopher Tolkien piensa que Peter Jackson y la NLC para la que trabaja han eviscerado a su padre.  Es cierto que esta noticia es antigua en tanto que se hizo meses antes de salir la película de "El Hobbit" de Peter Jackson, pero también es cierto de que no tenía conocimiento de su traducción en la lengua de Cervantes.

El caso es que, para la familia del autor de El Hobbit y El Señor de los Anillos, está enfrentada a la compañía estadounidense y su director neozelandés. Motivos son varios: el primero, la falta de rigor con respecto a la obra. Que no se respete a los personajes equivocándoles los roles y las personalidades a conciencia (nada más hay que ver a Luthien, Faramir o a Frodo). Que desvirtúen el mundo de la Tierra Media y el espíritu de Tolkien con todo el merchandising a nivel, no ya de las películas, sino de videojuegos, camisetas, vasos, y todo lo que os podáis imaginar, muy al estilo de lo que hizo George Lucas con su Starwars. Que se salten a la torera, además, las condiciones del contrato por el cual J.R.R. Tolkien cedió los derechos cinematográficos de la obra (al parecer, a parte de que debía respetarse la obra, si la película tenía éxito, debían dar un porcentaje a la fundación Tolkien, siendo ese el extraño motivo por el que la compañía decía que, a pesar de su éxito, no obtenía beneficios). Y alguna cosa más.

Tanto es así, que finalmente pusieron una demanda a la New Line Cinema en el 2003 y que duró hasta el 2006, cuando exigieron a la compañía 150 millones de dólares de indemnización. Y sólo así es cuando una multinacional se baja los pantalones, de tal modo que en 2009 aceptan pagarle un porcentaje a la Fundación, tal y como Tolkien quiso en su testamento.

Sin embargo esto no ha limado las asperezas, puesto que para Christopher en esta ocasión Sauron a ganado, al haber creado un monstruo a raíz de la obra de su padre, eviscerando, o lo que es lo mismo, sacando las vísceras del autor y de su obra, para ponerlos al servicio del dólar y el lucro.

En palabras textuales del hijo de Tolkien, resignado ante la marea imparable de este Tolkien adulterado por la New Line y Peter Jackson: "La comercialización ha reducido el impacto estético y filosófico de la creación a la nada. Sólo hay una solución para mi:.. Volver la cabeza hacia otro lado"